La piorrea y otras enfermedades de las encías son también una causa importante de mal aliento. Una autoridad en la materia declaró que "la piorrea es la causa más común de mal aliento". Sin embargo, su dentista podrá hacer mucho para combatir esta afección y así eliminar el mal olor que provoca.

Otras causas de mal aliento son las infecciones de los senos paranasales, la garganta y las amígdalas. Aquellos que sufren de estas afecciones seguramente necesitarán atención profesional.

Invariablemente, ciertos alimentos tienen un olor más fuerte que otros. Las partículas de cebolla o ajo que permanecen en la boca exhalan un olor muy fuerte. Aquellos que aman estos alimentos y otros de olor fuerte, como el repollo, la coliflor y los quesos fuertes, deben limpiar bien su boca con un cepillo de dientes eléctrico y un irrigador dental después de haberlos consumido. Es bueno saber que la leche y el perejil son desodorantes naturales.

Otros consideran que las vitaminas también juegan un papel en el mal aliento. Algunos afirman que las personas con deficiencia de vitamina B6 suelen tener mal aliento. La revista Today's Health afirmó que una deficiencia de vitamina C o D podría irritar el hígado, el intestino u otros órganos, causando así un mal olor en el aliento.

Al principio, los médicos pensaban que todos los malos olores que conducían, por ejemplo, al mal aliento provenían del estómago. Hoy podemos afirmar que no siempre es así. Estudios sobre el mal aliento han revelado que la sangre absorbe los olores del intestino y los transporta a través del hígado hasta los pulmones, donde contaminan el aliento. Estos olores pueden permanecer varios días en los pulmones, mientras que el estómago estará completamente libre de olores.

Los estudios también han mostrado que las personas cuyas heces tienen un fuerte olor nauseabundo a menudo también tienen mal aliento. Algunos combaten esta molestia tomando durante un tiempo un absorbente gastrointestinal que elimina del estómago y el intestino las materias tóxicas.

Investigaciones realizadas en los años 70 sugirieron que otra causa del mal aliento es un metabolismo defectuoso de los lípidos (grasas). En este caso, limitar la absorción de grasas a unos cincuenta gramos por día hace desaparecer el mal olor. Basta con reemplazar la leche entera, la mantequilla y el queso por leche desnatada, margarina u otras grasas no saturadas. Recordemos que ningún enjuague bucal perfumado puede combatir de manera definitiva un mal aliento que tenga su origen en las profundidades del organismo.

En conclusión, recordemos que el olor del aliento varía según las circunstancias: la hora, la proximidad de las comidas, los alimentos ingeridos y el estado de salud. El mal aliento es a veces el síntoma de una enfermedad que requiere atención profesional. Sin embargo, una buena higiene bucodental y hábitos alimenticios saludables harán mucho para combatir esta molestia.

HALITA El tratamiento específico del mal aliento de origen bucal