ESTUDIO CLÍNICO DE
L. BUNETEL, S. TRICOT-DOLEUX, M. BONNAURE-MALLET
RESUMIDO POR M. MICHEL MORETPara comprender plenamente los resultados de este estudio sobre la retención de microorganismos en función del tipo de cepillo de dientes utilizado, es útil recordar las características de los 3 microorganismos que se usaron:

– Porphyromonas gingivalis : Esta bacteria es un germen estrictamente anaerobio, es decir, incapaz de resistir la exposición al aire.

–  Streptococcus mutans : Esta bacteria es un germen preferentemente aeroanaerobio frágil, lo que significa que tiene una baja supervivencia después de 24 horas, incluso en un medio donde se mantiene una anaerobiosis relativa (alejado del aire).

–  Candida albicans : Esta levadura es un germen aerobio (que vive en el aire) preferente y muy resistente, lo que explica su supervivencia e incluso su multiplicación después de 24 horas.

Refiriéndonos a los recuentos (tablas de medidas) de las páginas 3 y 4, se desprende claramente y de manera indiscutible que el cepillo de dientes BRAUN, que por su diseño tiene un nicho susceptible de mantener una anaerobiosis relativa en el nivel del mango, permite la supervivencia de gérmenes anaerobios o de gérmenes preferentemente aeroanaerobios, es decir, P. gingivalis y S. mutans, mientras que con los otros cepillos de dientes, es decir, Broxobrush, Sonicare y Jordan, estas bacterias no sobreviven durante un período de 24 horas.

Por otro lado, en cuanto a la levadura aerobia preferente «Candida albicans», que vive solo en el aire y es muy resistente, sobrevive sin problema en todos los cepillos de dientes e incluso se multiplica después de 24 horas en el cepillo manual JORDAN.

Los dos primeros párrafos de la conclusión de este estudio clínico (p. 7) resumen claramente esta situación y destacan la supervivencia de las bacterias anaerobias cuando el mango del cepillo de dientes presenta, por su diseño, una cavidad que actúa como «reservorio» de microbios, microorganismos, virus, etc.

Ginebra, 22 de abril de 1997

N.B. Durante los años sesenta, los cepillos de dientes manuales con cerdas de seda natural fueron gradualmente reemplazados por cerdas sintéticas, ya que el canal medular de las sedas actuaba como un reservorio de elementos patógenos.